El León Curioso

lunes, 30 de marzo de 2009

La Gafa de Oro

La Gafa de Oro fue una de las primeras ópticas que se hubo en León. Abrió su tienda el 12 de Diciembre de 1925, y lo hizo en los locales comerciales que tenía la Casa Lorenzana, en la Calle Ordoño II nº 4.

Diario de León, 13 de Febrero de 1926 (con errata)

Diario de León, 27 de Febrero de 1926

Francisco Lorenzo, nacido en un pueblo de Valladolid, con solo doce años entró de aprendiz en la óptica “Alcañiz” de Valladolid, y después de once años estudiando y aprendiendo el oficio, decidió independizarse.

Francisco Lorenzo a finales de la década de los años veinte

Aconsejado por un viajante que le comentó que en León tendría poca competencia si abría un negocio dedicado a la óptica, decidió probar suerte y se vino a León, recién casado y decidido a empezar una nueva vida.

Francisco Lorenzo en el mostrador de La Gafa de Oro

Francisco Lorenzo, en la tienda que abrió en Ordoño II nº 4, además de los servicios propios de una óptica, ofertaba todos los artículos y servicios relacionados con la fotografía: cámaras, material fotográfico, ampliadoras, servicio de revelado (uno de los primeros en hacerlo de León y el más activo durante décadas), …



jueves, 26 de marzo de 2009

La Casa Lorenzana

Efectivamente, como “juanluisgx” (por cierto, tus fotografías son espectaculares) insinuó y “cosinasdeleon” confirmó, la foto es de una torre que forma parte del edificio nº 4 de la Calle Ordoño II.


A finales del XIX se empieza a dar vueltas al tema del Ensanche de León. Esto dio como resultado la apertura de nuevas calles como consecuencia de la transformación en solares de suelos que en su mayoría habían pertenecido al clero y ahora pertenecían a unos cuantos propietarios que se aprovecharon de los efectos de las desamortizaciones.

Y fue entonces, a finales del siglo XIX y principios el XX cuando se empezaron a construir chalets unifamiliares y edificios residenciales en esas nuevas zonas de expansión de la ciudad. Los destinatarios principales de estas nuevas edificaciones eran las gentes con más poder adquisitivo, que así abandonaban el casco antiguo (en el que los edificios eran más viejos e insalubres) y accedían a la zona nueva de la ciudad con calles más amplias, mejores instalaciones y que se suponía que iba a ser el nuevo centro social y comercial de León.

La calle con más posibilidades de ser ese eje social y comercial era Ordoño II (Paseo de las Negrillas por entonces), ya que era la que enlazaba el centro histórico con el ferrocarril. Y es en esta calle en la que en 1912 Felipe García Lorenzana decide construir un edificio de viviendas, para lo que encarga un proyecto a Manuel de Cárdenas, que por entonces aún tenía el cargo de arquitecto municipal de León (lo tuvo hasta 1914) y era además el arquitecto de los Obispados de León y de Astorga.

Fachada edificio Ordoño II nº 4, según proyecto original de Cárdenas

En el proyecto original se habían dejado unos espacios para jardincillos en los extremos del solar, con entrada directa desde la calle. Pero al final, estos espacios se achicaron y lo que quedó se convirtió en locales comerciales.

Postal con el edificio de Ordoño II, 4 en primer término (a la izquierda)

Como el edificio se proyectó sin ascensor y con cuatro alturas en su zona central, para evitar un exceso de escaleras, Cárdenas la solución que ideó fue ir disminuyendo la altura de los pisos a medida que se ascendía, de forma que la primera planta tiene una altura de 4 metros, la segunda de 3,6 y la tercera de 3. Esta diferencia de alturas se puede apreciar a simple vista desde la calle.


El fondo del solar sobre el que se iba a construir el edificio lindaba con el Convento de las Agustinas Recoletas, por lo que una de las cosas más visibles y que más llamaba la atención cuando se pasaba por Ordoño II era una extraña torrecilla adosada a la casa, con su tejado cónico forrado de trozos de azulejos de colores, que ciertamente como sugirió la "Vecina del Primero" se parece bastante a algunos detalles que Gaudí había ideado para el Parque Güell unos años antes. Desconozco la finalidad de esta torre, pero da la impresión de que es una escalera de servicio. Cuando se construyó la mole del Complejo de Santo Domingo, la torrecilla quedó empequeñecida, de forma que ahora pasa totalmente desapercibida.


Nada más terminarse la obra, se instalaron en los bajos de la casa una tienda de máquinas de coser Singer y una sucursal de la farmacia de GF Merino e hijo, que hasta entonces solo tenía abierto un establecimiento en la Calle Catedral (actual Calle Ancha). Para informar de ello modificaron la publicidad que insertaban habitualmente en el Diario de León, y así, se empezó a anunciar la apertura de la nueva farmacia a partir del 10 de enero de 1914.

Diario de León, 9 de Enero de 1914

Diario de León, 10 de Enero de 1914

En la actualidad, en este edificio las ventanas que no tienen las persianas bajadas, las tienen con los cristales sucios, lo que da a entender que está prácticamente deshabitado.

martes, 24 de marzo de 2009

Esto va a ser ...

Como el propio título del post indica, se trata de decir a qué edificio pertenece la imagen que se puede ver en la foto.

¿Fácil?

sábado, 21 de marzo de 2009

López Merille, el domador de la luz

El 29 de Julio de 1961 a las cuatro de la tarde, en el número 15 de la calle Hospicio, una gran explosión hizo retumbar toda la ciudad. Fueron los materiales inflamables que la "Tintorería Habanera" instalada en los bajos de ese edificio usaba para la limpieza de las prendas los que la provocaron.

Como consecuencia de esta explosión, se originó un incendio espectacular que necesitó la intervención de los bomberos de León y de la Base Aérea de La Virgen del Camino.


Diario de León, 31 de Julio de 1961

El propietario de la tintorería, Ángel Ramos Mata, murió a causa de las quemaduras sufridas y cinco de los quince empleados en el negocio, tuvieron que ser hospitalizados.

PROA, 31 de Julio de 1961

Don David López Merille, de 73 años, vivía justo encima de los talleres de la tintorería junto con su mujer Salustiana y sus hijas Concepción y Maria Luisa. El señor Merille y su mujer fallecieron en el acto como consecuencia de la explosión. Su hija Concepción lo haría poco después a causa de las heridas y de las quemaduras sufridas, y su otra hija Maria Luisa resultó con graves fracturas en las piernas y en la columna vertebral, ya que para intentar salvarse de las llamas saltó por la ventana.

Diario de León, 31 de Julio de 1961

David López Merille, aunque nacido en la provincia de Lugo, se vino a León en el año 1900, siendo un adolescente, para trabajar en los talleres que se habían abierto con motivo de la restauración de las vidrieras de la catedral que dirigía Juan Bautista Lázaro. Fue aquí donde aprendió hasta llegar a dominar a la perfección las técnicas del vidrio artístico.

David López Merille

En 1919, Merille era ya el propietario del taller en el siguió trabajando durante muchos años realizando vidrieras artísticas irrepetibles, hasta que con la segunda guerra mundial se vio obligado a cesar su actividad al no poder aprovisionarse los materiales de origen principalmente alemán que utilizaba en sus creaciones.

Palacio de los Guzmanes

Hizo entre otras las vidrieras del piso alto del patio del Palacio de los Guzmanes y las que cierran las ventanas de la planta principal del la Casa de Botines (se hicieron posteriormente a su construcción). En estas últimas se utilizaron como motivos decorativos, entre otros, los escudos de los partidos judiciales de la provincia de León.

Palacio de los Guzmanes

En resumen, López Merille fue un gran artista en todos los sentidos. Dominaba las técnicas medievales y modernas del vidrio artístico, el arte del miniado y fue además un reconocido dibujante.

Dibujo de David López Merille

miércoles, 18 de marzo de 2009

Antros, bares y night clubs

Publicado en la Guía de León de 1960.










sábado, 14 de marzo de 2009

La Inmaculada

En Septiembre de 1953 el Papa Pío XII proclama el año 1954 como Año Mariano. Bueno, en realidad esta celebración se llevó a cabo oficialmente entre el 8 de diciembre de 1953 y el 8 de diciembre de 1954, y fue el primer Año Mariano de la historia de la iglesia.

En diciembre de 1953, Don Luis Almarcha, Obispo de León, pensó que sería buena idea levantar un monumento a la Inmaculada que conmemorara el Año Mariano que iba a celebrarse al año siguiente; y para ello creó una comisión promotora formada en un principio por cuatro personas: un sacerdote (Maurilio Gallego), un farmacéutico (Pedro Escudero), un hombre relacionado con empresas del sector de la harina y presidente diocesano de Acción Católica (Fernando Crespo) y un comerciante de la ciudad (Cándido Alonso).

Plaza de la Inmaculada hacia 1950

Esta comisión se encargó de gestionar todo, desde promocionar una suscripción popular para cubrir los gastos que se produjeran como consecuencia de la realización del proyecto hasta hablar con el Ayuntamiento para concretar el lugar en el que se iba a instalar el monumento, pasando por elegir un escultor que realizara la imagen.

Pero el Ayuntamiento estaba satisfecho del aspecto de la ciudad en esas fechas, y le ofreció a la comisión ubicar la estatua en unos lugares poco céntricos. Así que ni cortos ni perezosos los comisionados hicieron la maleta y se fueron a Madrid para buscar apoyos que hicieran cambiar de opinión a la gente del Ayuntamiento, y allí contactaron con Don Pedro Fernández Valladares, natural de Vidanes, que era Subsecretario de la Gobernación en esas fechas, y le convencieron para que la Virgen presidiera la Plaza de Calvo Sotelo, la más céntrica de la ciudad después de la de Santo Domingo. Y ya que habían hecho el viaje a la capital, aprovecharon para recaudar algunos fondos entre los leoneses que por allí vivían.


Así pues, tenían el sitio, tenían el escultor, el astorgano Mariano Amaya (otras obras de éste son la dedicada a la Maternidad en el patio del Instituto Leonés de Cultura y la dedicada a los Donantes de Sangre en la Corredera) y tenían el arquitecto, Ramón Cañas del Río, que además era el presidente de la Diputación por aquellos años, que se encargó de proyectar un pedestal que acercara la imagen al cielo.


Al acto de colocación de la primera piedra solo acudieron el arquitecto, el escultor, los cuatro miembros de la comisión gestora y el que bendijo la colocación de la piedra. Siete en total.

PROA, 1 de Junio de 1956

Diario de León, 1 de Junio de 1956

En cambio al acto de inauguración, el 3 de junio de 1956 y según se puede leer en la prensa de la época, acudieron miles de personas entre las que estaban todas las fuerzas vivas de la ciudad, el representante del Papa, los obispos de Santander y de Cuenca, ….

PROA, 3 de Junio de 1956

Con el dinero recaudado por medio de la suscripción popular, no hubo suficiente para sufragar los gastos que se ocasionaron con motivo de la realización del monumento, por lo que los propios miembros de la comisión pusieron todo lo que faltaba de su bolsillo, con el ánimo de ir recuperándolo poco a poco de las limosnas que la gente fuera dejando en la hucha que debía de servir también para comprar flores a la Virgen. Pero jamás llegaron a recuperar la totalidad del dinero que pusieron.


Hoy la Inmaculada, desde sus alturas, sigue atenta las idas y venidas de los leoneses. Ya no hay hucha ni flores. Después de la reforma que sufrió en 1982 ha dejado de ser el punto de encuentro que fue. El acceso al centro de la plaza se hace cruzando alguno de los dos pasos de cebra que la dan acceso y que son bastante peligrosos y casi no se ven ya niños jugando ni gente paseando por ella.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Postales de León. Palacio de los Guzmanes

Postales del Palacio de los Guzmanes, actual sede de la Diputación Provincial de León.






El Palacio de los Guzmanes se declaró monumento histórico artístico en 1963 (Se puede ver anuncio del BOE al respecto aquí).

sábado, 7 de marzo de 2009

Asesinato en el Palacio Episcopal

Don Rodrigo de Vergara, natural de Logroño, fue obispo de León desde el año 1470 al 1478. Llegó a León dejando vacante el obispado de Tuy, para asumir el mando del obispado de León, en el que sustituyó a Don Antonio Jacobo de Veneris.

Según cuenta el padre Manuel Risco en “España Sagrada. Memorias de la Santa Iglesia esenta (sic) de León”, publicado en Madrid en 1788, por aquellos años de finales del siglo XV, la ciudad de León andaba algo revuelta. Entre otros sucesos, en el año 1475 el alcalde de León, Alonso de Blanca quiso entregar la ciudad al Rey de Portugal, pero enterada la reina Isabel la Católica de la traición, se llegó hasta León desde Valladolid y le quitó el cargo a Alonso de Blanca dándoselo a Sancho de Castilla.


Y cuentan que el obispo Rodrigo de Vergara y el canónigo tesorero de la catedral, Don Fernando Cabeza de Vaca, tenían serias diferencias. Intentando apaciguar los ánimos estaba el Conde de Luna, que actuaba como mediador entre ellos.

Pero el enfrentamiento debía de ser grande, porque un buen día el obispo, disimulando su enojo, invitó a comer al tesorero al Palacio Episcopal y una vez que se quedó solo el canónigo en el palacio ya que sus criados se habían vuelto para casa, el maestresala del obispo, por orden de éste, acuchilló a Don Fernando hasta matarlo.

Enterados los criados y la familia del tesorero del asesinato, fueron a buscar al obispo al palacio episcopal, pero éste se escapó, huyendo por el adarve de la muralla hacia la casa del Conde Luna para pedir amparo.

Situación de los palacios y huida del obispo,
sobre plano de León en el siglo XV según Waldo Merino

Los criados de Don Fernando, persiguieron al obispo hasta el Palacio del Conde, donde le dieron alcance, y allí mismo, delante de la Condesa y le mataron.

Como consecuencia del asesinato del canónigo tesorero por orden del obispo, las gentes de la ciudad se alborotaron y acudiendo en masa al Palacio Episcopal, lo desvalijaron y lo incendiaron, sin que nada pudieran hacer la Justicia ni las gentes del Cabildo.

Así, aquel palacio quedó arruinado y se tuvo que construir uno nuevo, que después de algunas reconstrucciones más a lo largo del tiempo, es el que ahora podemos ver cuando paseamos por las proximidades de la catedral.

Se pueden descargar las páginas de “España Sagrada” en las que se habla del obispo Rodrigo Vergara y en las que se narra esta historia desde AQUÍ. (PDF – 0,5 Mb)

martes, 3 de marzo de 2009

Una de videntes africanos

Hace un par de meses empezaron a aparecer en limpiaparabrisas, buzones y farolas unas octavillas que llamaron mi atención, además de por lo exótico de los nombres de los que se anunciaban, porque todos, absolutamente todos se publicitaban con el mismo texto.


Todo hacía pensar que nos encontrábamos frente a una auténtica multinacional de la videncia africana.


Si uno tiene el valor de perder dos minutos para leer la letra pequeña, se dará cuenta de que estos “auténticos videntes africanos” son capaces de afrontar con éxito cualquier problema que se nos presente. Pero no, nada puede ser tan perfecto.



Ya hace dos meses, en el mes de enero, leonoticias.com informaba de la detención de una banda de videntes, pero estos eran brasileños. Y el pasado domingo, 1 de marzo La Crónica publicaba un artículo en el que nos informaba de la detención de dos ciudadanos guineanos, y ¡qué casualidad!, uno de ellos era el profesor Kunate. ¿Quien sería el otro? ¿Godoba? ¿Bassa? ¿Bouba?


Por lo menos estos "arreglalotodo" no engañaban al personal en lo referente a su procedencia africana.

domingo, 1 de marzo de 2009

El Sanatorio del Dr. López Otazú

El doctor Joaquín López Díaz-Otazú se inició en el ejercicio de la medicina en León en una consulta que abrió en la calle Padre Isla, consulta que posteriormente trasladó a la calle Lope de Vega. A principios de los años 50 abrió un sanatorio en la calle Ramón y Cajal nº 13.

Pero el doctor López Otazú era un hombre emprendedor, y en el año 1954 le encargó al arquitecto asturiano Juan Vallaure Fernández-Peña la redacción del proyecto de lo que sería el sanatorio que se ha mantenido hasta hoy como la clínica López-Otazú.


El edificio, construido sobre un solar muy irregular situado en la esquina que forman las calles Lancia y Ramiro II e inaugurado el 27 de enero de 1957, se compone de un semisótano, una planta principal y cuatro plantas más.



Originalmente el semisótano se destinó casi en su totalidad a dormitorios para las enfermeras y a vivienda del portero. En la planta principal, a la que se accedía desde la calle después de subir unas escaleras, se instalaron la recepción, las consultas y el quirófano. Como curiosidad señalar que en el quirófano se instaló una zona acristalada para que los familiares y otros interesados pudieran asistir en directo a las operaciones.



En las plantas primera, segunda y tercera estaban las habitaciones destinadas a los pacientes. Éstas eran de dos tipos: estaban las de segunda, con dos o tres camas por habitación y baño compartido en el pasillo, y las de primera en las que había un baño para cada dos habitaciones.

El Dr. López Otazú se reservó la planta cuarta del edificio para vivienda familiar, y para conseguir cierta independencia con respecto al resto del sanatorio le pidió al arquitecto que incluyera en el diseño del edificio una escalera independiente para acceder a la vivienda.


La única cocina que existía en todo el edificio estaba en la planta cuarta, por lo que también tuvo que instalarse un montaplatos para comunicarla con el resto de las plantas.



La Unión Médica Previsora publicó en el año 1961 un folleto en el que se detallaban las “virtudes” y principales características del nuevo sanatorio:













Este folleto puede descargarse en formato PDF desde AQUÍ. (1,1 Mb)