Es curioso observar lo poco que ha cambiado la programación de las fiestas de León en los últimos 50 años. Si uno echa un vistazo al programa de las fiestas de San Juan y San Pedro y lee los periódicos de la época, se dará cuenta de que todo sigue más o menos igual.
Distintos tiempos, distintas formas de hacer las cosas, pero casi casi los mismos programas. El concurso hípico, los fuegos artificiales, los gigantes y cabezudos, las verbenas populares, las tardes de toros, ….
En 1961 la bella Nina Espiniella era la reina de las fiestas, elegida entre las más guapas de los barrios de la ciudad.
Botines estrenaba un carillón electrónico capaz de alegrar las horas y las medias con melodías leonesas.
En la Sala de Fiestas Club Radio de la Calle Fuero actuaban Los Tres de Castilla y Gila.
Zori, Santos y Codeso presentaban en el Teatro Emperador la “graciosísima obra” “Eloisa, Abelardo … ¡y dos más!”
Y en la plaza de toros las grandes figuras del toreo del momento deleitaban a los aficionados con su buen hacer.
Se puede descargar el programa oficial de las ferias y fiestas de San Juan y San Pedro de León correspondiente al año 1961 desde AQUÍ. (PDF – 4,6 Mb)
5 comentarios:
Pues si, la verdad que parece que no ha pasado el tiempo desde entonces. Que poca imaginación a la hora de organizar las fiestas.
Ciertamente, poco cambiaron, en estas que cuentas yo ni siquiera había nacido y me suenan igual que todas las demás que viví durante años y años, me imagino que ahora serán un poquito distintas no?
¿Distintas?
Basándome en las de años pasados, ya que a día de hoy todavía no se ha hecho público el programa de este año, ni tan siquiera a través de la web del Ayuntamiento de León, lo único que cambia son los toreros que vienen a la plaza y los "artistas" que se suben a los escenarios. Lo demás permanece inalterable, y la sensación que se tiene es la de que estás dentro de la película de "El día de la marmota".
Bueno, hay otra cosa que ha cambiado en los últimos tiempos, y es que ahora amanecen muchas calles y plazas con un reguero de bolsas, botellas y vasos de plástico abandonados por chavales y no tan chavales a los que el botellón les hace perder la educación, el civismo y en muchos casos la consciencia.
Los caballos del Hípico tampoco son los mismos. Supongo, claro. Y los jinetes... no se, no se.
Pues lo siento, tengo la sensación que lo que no cambia o se renueva se vuelve rancio, aunque las fiestas patronales de casi todas las ciudades permanecen a lo largo de lso años básicamente igual, siempre hay algo nuevo y eso aníma a disfrutarlas,de los inconscientes mejor no hablar, los sufrimos en todas partes.Saludos
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