No sé porque, pero últimamente no consigo contagiarme del famoso “espíritu navideño”. Será por el exceso de anuncios de juguetes y colonias o por el exceso de luces o por el exceso de gente circulando desesperada por la calle en busca de un regalo de “última hora” o por el exceso de comidas y cenas, familiares o no.
Atrás quedaron los tiempos en los que Papá Noel era un paisano raro que en estas tierras no acabábamos de entender; las tarjetas de felicitación que los barrenderos, butaneros, carteros, etc. nos hacían llegar solicitando el aguinaldo con el que complementar un poco sus ingresos; los guardias municipales que regulaban el tráfico en los cruces y que acumulaban a su alrededor diversos paquetes y regalos (casi siempre eran comestibles y “bebestibles”) que conductores menos estresados que los de ahora les hacían llegar; unos Reyes Magos mucho más sensatos que los que nos visitan ahora, que no apabullaban a los niños con exceso de regalos.
En fin, el hecho es que esta es una época del año que de momento no nos han borrado del calendario, así que lo más prudente será que desempolvemos nuestra mejor sonrisa, cojamos impulso y tratemos de llegar al 7 de Enero con los menores daños posibles.
Mientras tanto este aprendiz de “bloguero” les desea Felices Navidades, o lo que quiera que sean.
Si queréis, se puede descargar un "powerpoint" que se corresponde con el vídeo desde AQUÍ (5 megas)