Del origen de la Cofradía de Nuestra Señora de Camposagrado solo se sabe a ciencia cierta que nació teniendo a la Virgen de Camposagrado como referencia vinculante. Sus primeros estatutos están fechados en 1551 y han ido sufriendo diversas modificaciones hasta la fecha de hoy en que está pendiente de ser aprobada una nueva actualización. Pero todas estas modificaciones se han realizado respetando el espíritu original de sus fundadores.
Cada primer martes de mes, entre Abril y Octubre, a eso de media mañana, empiezan a llegar a la ermita de Camposagrado los hermanos cofrades y con ellos todo aquel que por unos instantes quiera sentirse como si el tiempo hubiera retrocedido doscientos o trescientos años.
Entre rezos y silencios, entre medias luces e inciensos se van sucediendo unos ritos cuya principal protagonista el la Virgen de Camposagrado que desde su puesto de privilegio observa los ires y venires de los asistentes durante todas las ceremonias, excepto cuando sobre unas andas la procesionan cuatro mujeres alrededor de la iglesia.
Durante la eucaristía se bendicen unos cestos con panes, que se reparten a los asistentes al finalizar aquella con el fin de lo compartan en sus hogares con los que no han podido asistir.
Después de las celebraciones los hermanos se reúnen bajo la presidencia del abad de turno y en este cabildo se tratan todos aquellos temas relacionados con la marcha de la cofradía, y se toman las decisiones necesarias para el buen funcionamiento de la misma, y siempre votando cada una de ellas, de manera que la decisión última solo depende de lo que opinan la mayoría de los cofrades.
Cuando acaba el cabildo los hermanos pasan al “tinelo”, comedor situado en una dependencia aneja a la ermita, donde les espera una comida, que cada mes le toca pagar a un cofrade diferente y que no deja lugar a sorpresas: sopa de cocido, garbanzos con tocino, chorizo y carne y de postre queso.
Todavía, antes de que acabe la jornada, hay más celebraciones, más cánticos, que consiguen que durante unas horas el tiempo se doble sobre si mismo haciendo que Camposagrado y su entorno retrocedan a otras épocas. Creo que alguien dijo que hay que mirar al pasado para construir el futuro. Este es el caso.
4 comentarios:
Desde Gran Canaria, muchas gracias por estas curiosidad tan sugestivas y las fotografías que las acompañan.
Ángel
Aún he parado estos días ahi, pero en lugar de la iglesia he estado mirando el muro que han levantado al lado, en la casa que se cayó por desprendersele el tejado, seran cosas de mi trabajo.
como siempre estupendo, las fotos geniales. No sabia yo la existencia de esta cofradía en "Campo sangrado", que ese es el nombre que se le atribuye por leyenda o realidad. Un saludo
Pues tienes razón, para revitalizar y dar continuidad al presente hay que conservar las tradiciones desde la raíz cultural del pueblo.
((Qué fotos más chulas)).
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