Pasaron los años y Don Alonso Pérez de Guzmán seguía viendo los ires y venires de los leoneses a través del tejido de saco que le cubría, hasta que a finales de Junio de 1900 la Diputación de León dispone que la estatua se inaugurará el 15 de Julio a las 7 de la mañana, motivando la queja de la prensa local que considera más lógico y conveniente que esta inauguración se hubiera celebrado durante las ferias de San Juan.
Para celebrar esta inauguración se pensó en un principio invitar al señor Fernández Cadórniga, al duque de Medina Sidonia, descendiente de Guzmán y a diputados y senadores leoneses, y montar unas tribunas para que el público que asistiera lo pudiera hacer cómodamente instalado. Pero en las reuniones posteriores entre el Ayuntamiento y la Diputación, éstos acordaron no dar solemnidad al acto y destinar el dinero que se iban a gastar a en “dar limosnas a los pobres en metálico y dos mil o más molletes a los pobres de la provincia que lo soliciten”.
Después de tanto tiempo de esperas e incertidumbres, por fin se acerca el día señalado para la inauguración y el Porvenir de León en su edición del 14 de Julio dedica varios artículos al tema, entre los que se da cuenta del encargo del Ayuntamiento a la Casa Lorenzana de una vestidura de raso con los colores de la bandera nacional que sustituya al saco que hasta entonces había vestido. Así mismo este periódico hace notar la “impenetrable reserva” que se guarda en torno al acto.
Por fin, el domingo 15 de Julio de 1900 a las 5 de la mañana se reunieron frente a la estatua el presidente de la diputación, el alcalde de la ciudad y el vicepresidente de la comisión provincial de monumentos históricos y tirando del cordón que sujetaba la nueva cubierta, descubrieron la estatua y dieron por inaugurada la obra, dirigiéndose después al Hospicio, donde repartieron a las asociaciones benéficas y a los pobres de la ciudad el dinero que estaba previsto destinar a las celebraciones.
La gente de León que se acercó a la Plaza a la siete de la mañana (como estaba previsto) para presenciar la inauguración, comprobó como una vez más les habían engañado y menospreciado al ver ya la estatua descubierta e inaugurada.
La obra de que Aniceto Marinas realizó para León tuvo gran repercusión y varias publicaciones nacionales le dedicaron artículos describiéndola y dándole la importancia que aquí se le negó.
Desde entonces el héroe y la plaza han sido objeto de muchas conmemoraciones y remodelaciones hasta llegar al día de hoy. Pero ésto puede ser otra historia.
Como complemento se puede escuchar este audio que en el año 2007 dedicó el insustituible Juan Antonio Cebrián en uno de sus Pasajes de la Historia a la vida y hechos de Don Alonso Pérez de Guzmán. Merece la pena escucharlo.
6 comentarios:
¿para cuando un libro con todas estas curiosidades? Yo creo que el trabajo que te tomas lo merece. Un saludo.
Estoy totalmente de acuerdo, todo este trabajo se merece plasmarlo en un libro.
No sabes lo que te agradezco leer todos los post de este blog, sobre todo porque soy un leones que vivo a muchos KMs de León, y con la distancia se aprecia mucho más todo lo que dejamos atras.
Pués si un libro con todo esto y lo que todavía debes guardar no estaría mal, pero no nos prives de la posibilidad de la visita diaria,a mi la curiosidad por saber con que nos vas a sorprender dia tras día me tiene en vilo. Felicidades otra vez muy muy interesante
Enhorabuena por la entrada, genial y estupendamente documentada como siempre
El mercado editorial está ya muy saturado de libros sin lectores, y la mayoría escritos por gente que lo hace muy bien. Si consideramos que mi capacidad para juntar letras es muy limitada, el resultado sería espantoso.
Zapatero a tus zapatos .... (con perdón y sin segundos sentidos).
Un abrazo y muchísimas gracias por vuestros comentarios.
Estupendo el artículo.
Si alguien tiene en casa el libro "El León de Pepe Gracia" o puede acercarse hasta la Biblioteca para echarle un vistazo, podrá leer el comentario que hace este conocido fotógrafo leonés sobre las vicisitudes de la inauguración de la estatua de Guzmán. Comenta un episodio jocoso consistente en que, ante la falta de inauguración por las autoridades, un gamberro se encaramó a la estatua y retiró el saco que la cubría, procediendo así a su inauguración "no oficial" ante el regocijo de los escasos viandantes que por allí pasaban. Dicho episodio lo refleja Pepe Gracia en uno de sus cuadros de estilo "naif" o ingenuista que ilustran dicho libro, aunque la memoria le juega una mala pasada al fechar tal acto en 1894 (el libro se publicó si no me equivoco sobre 1984 -no lo tengo ahora mismo delante-, recién fallecido Pepe Gracia, y el cuadro posiblemente lo pintaría en los años 70).
Saludos.
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