En el siglo XVI el Cabildo de la catedral encargó la realización del trascoro. Posteriormente, a mediados del siglo XVIII, el coro cambia su ubicación original del presbiterio a la zona que ocupa actualmente.
Para conseguir el necesario recogimiento de sus ocupantes durante los cultos, el hueco del arco del trascoro se tapó con unas grandes puertas de madera.
En el verano de 1912 el tercer Conde de Cerragería Don José Manuel de Cerragería y Cabanilles, acompañado de su madre, Doña Antonia de Cabanilles y Federici visitaron la ciudad de León. En su recorrido por la ciudad y al entrar en la catedral les llamó la atención su luminosidad y su amplitud. Pero también vio algo que restaba parte de esa luminosidad y amplitud. Se dio cuenta de que las puertas que cerraban el trascoro además de ser poco estéticas impedían ver la nave central en todo su esplendor.
Así que le propuso al Cabildo sustituir las puertas de madera por unas de cristal, pagadas por él. La solución que se adoptó fue dividir la superficie del hueco en tres partes, siguiendo el esquema que ya había: una fija cubriendo el arco de medio punto y dos puertas correderas, que al abrirse lo hacen arrastrándose lateralmente sobre unas guías de forma que una vez abiertas quedan disimuladas entre el muro del trascoro y la sillería del coro.
Como complemento y para protegerlas se realizó una verja en bronce sobredorado, proyectada por Manuel de Cárdenas y que materializó el sacerdote asturiano Félix Granda.
La balaustrada con una altura de un metro y medio aproximadamente y cinco metros de anchura, está formada por dos puertas que se abren hacia afuera y tiene en la parte superior de sus extremos las figuras de San Marcelo recostado sobre el escudo de León y de San Isidoro que lo hace sobre el escudo de la familia Cerragería. En el centro está el escudo de José Álvarez y Miranda, obispo de León en aquellos años.
Así mismo, recorriendo toda su anchura hay dos textos en latín tomados del versículo 7 del Salmo 23 y del versículo 2 del salmo 86 del Libro de los Salmos: “ATTOLLITE PORTAS, PRINCIPES, VESTRAS, ET ELEVAMINI PORTAE AETERNALES - DILIGIT DOMINUS PORTAS SION SUPER OMNIA TABERNACULA JACOB".
En los laterales, debajo de las figuras de San Marcelo y San Isidoro, hay dos plaquitas en las que se hace referencia entre otras cosas a la fecha, al arquitecto y al generoso donante de la obra.
A finales de Julio de 1915 se inician los trabajos para la instalación de las lunas y de la verja en su sitio, inaugurándose la obra el 15 de Agosto de 1915, día de la Asunción. Ese día se celebró en el claustro de la catedral la ceremonia del foro u oferta y al acabar éste todas las autoridades civiles y religiosas entraron en la catedral y recorriendo la nave lateral, se detuvieron frente al las verja nueva donde el obispo la bendijo. Seguidamente se abrió y todo el cortejo accedió a la nave central y al altar mayor pasando por ella.
En la actualidad esas puertas solo se abren cuando se celebra alguna boda en la catedral, y se hace exclusivamente para que pase la comitiva nupcial. (Si alguien tiene especial interés en pasar por ellas, ya sabe ...)