El León Curioso

jueves, 30 de julio de 2009

Esto va a ser .... (IV)

El detalle de la foto pertenece a “algo” que al igual que en anteriores ocasiones, cualquiera que haya pasado por León seguro seguro que ha visto.

¿De qué “algo” se trata?

sábado, 25 de julio de 2009

La momia desnuda

La Doña Sancha de la que trata este post es la que fue hija de la Reina Doña Urraca y del Conde Don Raimundo de Borgoña y hermana del Emperador Alfonso VII. Nació en el año 1102 y desde muy joven afirmaba ser la esposa (espiritual, por supuesto) de San Isidoro. Según cuenta Lucas de Tuy, hasta se le apareció el Santo en una ocasión: “... acaeció que un día fue arrebatada en éxtasis y elevada sobre su natural sentido, y vio los cielos abiertos, y al gran Doctor San Isidoro, esposo suyo, muy resplandeciente con una claridad maravillosa, ...

La Infanta Doña Sancha murió en al año 1159 y como le correspondía a los miembros de la familia real, fue enterrada en el Panteón Real, al que por entonces se conocía como la Capilla de Santa Catalina o Capilla de los Reyes.

Grabado del Panteón Real publicado en el año 1855

La llegada de las tropas de Napoleón en 1809 a León trajo consigo la destrucción, el robo, la rapiña. Los franceses transformaron la iglesia de San Isidoro en almacén y el Panteón Real en caballerizas. Usaron los sepulcros como abrevaderos y pesebres para los caballos y para ello sacaron los restos que había dentro y los amontonaron en un rincón. Viendo esta tremenda profanación, los canónigos de la colegiata se las ingeniaron para rescatarlos, llevándolos a la iglesia de Santa Marina. Todos excepto la momia de Doña Sancha, a la que trasladaron a una casa particular, quizá con el ánimo de que estuviera más protegida.

Al retirarse los franceses se devolvieron todos los restos a los sarcófagos que quedaron en el Panteón Real, pero esta labor se hizo sin orden ni concierto, quedando todos los huesos revueltos a excepción de la momia de Doña Sancha, a la que depositaron cubierta únicamente con un trozo de damasco en un sarcófago separado y sin lápida que lo tapara.

Isabel II a los 27 años

Así quedaron el Panteón y la Infanta, hasta que en 1858 la Reina Isabel II, con tan solo 28 años, acompañada de su marido y con el futuro rey Alfonso XII todavía en brazos, visitaron León. En su recorrido por la ciudad uno de los lugares que por los que pasó fue la Colegiata de San Isidoro, y al entrar en el Panteón Real y ver en que estado se encontraba la Infanta, prometió que una vez de regreso en Madrid, haría enviar un manto brocado de oro, de los que usaba en las ceremonias de la Corte para que la momia de Doña Sancha quedara cubierta de forma digna.

Por fin la Reina mandó lo prometido y en Abril de 1867 se reunieron en el panteón el Gobernador Civil de la provincia, el Gobernador Militar, el Obispo, el Alcalde de la ciudad y los canónigos de la Colegiata junto con otras autoridades, y pusieron el cuerpo de la Infanta en una urna de nogal y cristal realizada para esta ceremonia, y allí la vistieron con el manto real, procediendo después al trasladó de la urna a la iglesia, donde quedó expuesta la Infanta.

Panteón Real en la actualidad

En Septiembre de 1868 la revolución conocida como “La Gloriosa” derrocó a la reina. Para León una de las consecuencias inmediatas fue la sustitución del Gobernador Civil por uno afín a la causa: Don Tomás de Aquino Arderius.

A partir de aquí hay varias versiones acerca del destino del manto real con el que se cubrió a la momia de la Infanta Doña Sancha.

Don Julio Pérez Llamazares, Abad de la Colegiata en 1954, cuenta en un artículo publicado ese año, que en una de las visitas del nuevo Gobernador Civil a los monumentos y edificios de la ciudad, fue a la Colegiata de San Isidoro, a la que acudió acompañado de su esposa. Por lo visto, algo de lo que vieron les gustó y al día siguiente, el Gobernador mandó recado al Cabildo para que le prestaran el manto de brocado de oro que cubría a Doña Sancha, ya que su esposa quería hacerse uno igual. Esa fue la última vez que el manto fue visto.

Momia de Doña Sancha después de la visita del Gobernador Civil

Otra versión cuenta que en Enero de 1869, nuestro buen Gobernador Civil se presentó en la Colegiata acompañado por la Guardia Civil e incautó el manto además de la arqueta de las bienaventuranzas y de otros enseres, con destino al Museo Arqueológico Nacional recién creado por el nuevo gobierno.

Fuera de una manera o fuera de otra, el hecho es que la pobre Doña Sancha quedó otra vez desnuda y ante tal situación el Cabildo decidió que sus restos retornaran de nuevo a un sarcófago del Panteón Real, haciéndose cargo de la urna de caoba y cristal el Museo Provincial de León.

Infanta Doña Sancha en 1997

Epílogo. En Febrero de 1997 se volvieron a abrir los sarcófagos para realizar un estudio antropológico de los restos que allí están depositados, estudio que pretendía determinar desde la identidad de los que allí estaban enterrados hasta su dieta. Para realizar este estudio, todos los restos depositados en el Panteón Real se trasladaron a un laboratorio que se instaló en dependencias de la misma Colegiata para su análisis. Entre estos restos, los arqueólogos encontraron además de cuatro cuerpos momificados (uno de ellos el de la Infanta Doña Sancha), huesos humanos, cenizas, restos de papel, deyecciones de caballo, restos vegetales, huesos de animales, etc.

Diez años después la encargada de la investigación entregó sendas copias del estudio a la Junta de Castilla y León y al Ayuntamiento de León (entidades que cofinanciaron la investigación) con la siguiente conclusión final: “Aunque uno de los objetivos más ambiciosos que se pretendían en este proyecto era el de reasignar los nombres de los regios personajes allí enterrados con los huesos encontrados, el mal estado del material osteológico y la falta de indicios específicos de carácter personal ha frustrado el intento”.

martes, 21 de julio de 2009

Precaución, animales sueltos

Noticias publicadas en El Diario de León los días 3 y 6 de Junio de 1928.

El Diario de León, 6 de Junio de 1928

El Diario de León, 3 de Junio de 1928

Y digo yo, que a lo mejor la pollina estaba celebrando el ascenso de su equipo de fútbol …

jueves, 16 de julio de 2009

De paso por Astorga y León

En 1909 se publicó en Londres y en Nueva York un libro escrito e ilustrado por W.W. Collins, titulado “Cathedral Cities of Spain” en el que el autor refleja a través de sus acuarelas las catedrales y principales monumentos y paisajes que vio en su recorrido a principios del siglo XX por las ciudades de España, y a través de sus textos las descripciones, vivencias y sensaciones que le produjeron las mencionadas catedrales y los sitios que visitó.


Dos de las localidades por las que pasó el inglés William Wiehe Collins fueron Astorga y León.


Al hablar de Astorga, además de una descripción muy personal de la ciudad, de la zona y de sus gentes, compara a los maragatos con la Guardia Civil en cuanto a que ambos colectivos se caracterizan por una dignidad y pundonor que el autor no fue capaz de encontrar en el resto de España.


En lo que se refiere a León, su recuerdo es prácticamente el mismo con el que se quedaron muchos otros viajeros que pasaron por estas tierras en aquellos tiempos: el de una ciudad descuidada y abandonada, con sus edificios más relevantes medio en ruinas y con gente irritable y ruidosa.


Para el que tenga interés, aquí puede descargar los capítulos de “Catedral Cities of Spain” dedicados a ASTORGA y a LEÓN.

sábado, 11 de julio de 2009

La mayonesa y la burbuja inmobiliaria

Si, ya sé que esto es una “tontá”, pero por curiosidad he hecho unos números, tomando datos de 1973 y de ahora (2009). Es de dominio público que en 36 años ha subido mucho la vida, pero parece lógico pensar que debería de haberse incrementado más o menos lo mismo para todo lo que el mercado pueda vendernos.

Pero no ha sido así, veamos:

En 1973 un tarro de mayonesa de 220 grs. costaba 22,5 pesetas y por el piso más caro de una promoción de viviendas en la Calle Batalla de Clavijo nos pedían 850.000 pesetas.

Oferta publicada en el diario PROA el 12 de Agosto de 1973

Anuncio publicado en el diario PROA el 19 de Agosto de 1973

Esto quiere decir (y aquí viene la “tontá”), que nos daba lo mismo comprar un piso nuevo de 4 habitaciones que 37.778 tarros de mayonesa.

Nos trasladamos a la actualidad. Un bote de mayonesa similar nos cuesta 1,05 euros (175 pesetas), y por un piso de segunda mano de 3 habitaciones, construido en 1972, en la zona de El Ejido, tendríamos que pagar 25.790.000 pesetas.



Si hacemos la misma operación que en 1973, nos harían falta 147.371 tarros de mayonesa para comprarnos el piso, y eso que es de segunda mano.

Por otra parte, teniendo en cuenta que según el INE la variación del IPC desde 1973 hasta hoy ha sido del 1.337,9 %, el bote de mayonesa que en 1973 costaba 22,5 pesetas debería de costar hoy 301 pesetas y el piso que en 1973 costaba 850.000 pesetas tendría que costar hoy 11.372.150 pesetas.


¿Conclusiones?. Parece que la mayonesa está muuuuy barata.

PD: Pedazo de análisis socio-económico que me ha salido ;-)

martes, 7 de julio de 2009

Los milagros del agua bendita

Que el agua es buena para todo, es cosa sabida, pero si se hace caso de las cualidades que le atribuían al agua bendita en El Boletín del Clero del Obispado de León en 1883, se convierte en un elemento imprescindible para sobrevivir en esta sociedad en la que nos ha tocado vivir (o en cualquier otra).


Purifica el aire, preserva de enfermedades, ahuyenta a los demonios, preserva de sustos y fantasmas, hace que te resistas a las tentaciones (una pena), ….



Se puede descargar el Boletín del Clero del Obispado de León correspondiente al 2 de Agosto de 1883 desde AQUÍ (PDF - 2 Mb)

sábado, 4 de julio de 2009

El cine en relieve llega a León

Se ha estrenado recientemente en León la película “Ice Age 3”, que nos introduce una vez más en el mundo del cine en tres dimensiones, eso si, con la ayuda de las inevitables gafas necesarias para poder visualizar el efecto de la tercera dimensión.

En León, este efecto ya se pudo experimentar hace más de 50 años, en el que por entonces se llamaba “Gran Cine Condado”.

Diario de León, 13 de Enero de 1954

El 14 de enero de 1954 se proyectaba por primera vez en la ciudad, una película en tres dimensiones: “Los crímenes del museo de cera”, rodada en “estereovisión”.

Diario de León, 14 de Enero de 1954

Esta técnica se basa según la prensa de la época en que “… cada ojo ve una imagen distinta y totalmente separada de la que el ojo está mirando. En el cerebro se efectúa la conjunción de las dos imágenes, convirtiéndose en una nueva, en relieve.”


Es curioso que el director de esta película fuera André de Toth, que al faltarle un ojo, no podía ver el resultado del efecto de profundidad de lo que estaba rodando.

André de Toth

Dicen las malas lenguas que la película se veía borrosa y que a algunos espectadores les llegó a producir dolores de cabeza y vómitos. Todo un éxito.